Un Domingo en el Rastro de Madrid
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El domingo pasado fue un día especial para Lara. Ella visitó Madrid por primera vez y quería explorar El Rastro, el mercado al aire libre más famoso de la ciudad.

Por la mañana, Lara tomó el metro hasta la estación de La Latina. Cuando salió a la calle, vio a muchísima gente. Las calles estaban llenas de puestos con todo tipo de cosas: ropa, libros antiguos, muebles y objetos de decoración. El ambiente era muy animado, con música y el sonido de las personas hablando.

Lara caminó lentamente entre los puestos. Miró todo con mucha curiosidad. Vio un puesto con cámaras de fotos antiguas. En otro puesto, encontró joyas de plata muy bonitas. Todo era muy interesante.

De repente, en una pequeña mesa, Lara vio un abanico de madera pintado a mano. Era precioso. Tenía flores rojas y azules. Lara pensó que era el recuerdo perfecto de su viaje a España.

"Hola, ¿cuánto cuesta este abanico?", preguntó Lara al vendedor. "Hola. Cuesta diez euros", respondió el hombre. "¡Perfecto! Lo compro", dijo Lara.

Pagó al vendedor y guardó el abanico en su bolso, muy contenta. Después de su compra, caminó un poco más y luego fue a un bar cercano para comer unas tapas y beber un zumo de naranja. Fue un domingo inolvidable en Madrid.