Un Viaje por la Carretera Austral: Aventura en la Patagonia Chilena
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El verano pasado, mi amigo Leo y yo decidimos hacer el viaje de nuestros sueños: recorrer una parte de la Carretera Austral en Chile. Alquilamos una camioneta en la ciudad de Coyhaique, llenamos el tanque de gasolina y empezamos nuestra aventura hacia el sur.

Al principio, todo era perfecto. El sol brillaba y el paisaje era increíble. Mientras yo conducía, Leo ponía música y cantaba. Las montañas con nieve en la cima parecían pinturas y los ríos tenían un color turquesa que nunca habíamos visto. Paramos muchas veces para sacar fotos y simplemente respirar el aire puro de la Patagonia. Nos sentíamos los reyes del mundo.

Pero en la Patagonia, el tiempo puede cambiar muy rápido. Después de almorzar, el cielo se puso gris y empezó a llover fuertemente. De repente, escuchamos un ruido extraño. ¡PUM! Tuvimos un pinchazo. El neumático trasero estaba completamente sin aire. Paré la camioneta a un lado del camino de tierra. Estábamos en medio de la nada, no pasaba ningún coche y, por supuesto, no teníamos señal en nuestros teléfonos.

"Y ahora, ¿qué hacemos?", pregunté, un poco preocupado. Leo, que normalmente era muy tranquilo, se veía nervioso. Pero después de un minuto, respiró hondo y dijo: "Tranquilo, vamos a ponernos las pilas. Recuerdo haber visto un video sobre cómo cambiar un neumático. En el maletero deben estar las herramientas".

Bajo la lluvia, buscamos el neumático de repuesto y las herramientas. Fue difícil y nos ensuciamos mucho con el barro, pero trabajando juntos, lo logramos. Tardamos casi una hora, pero finalmente, la camioneta tenía una rueda nueva y funcional. Estábamos mojados y con frío, pero muy orgullosos.

Justo cuando terminamos, un viejo granjero se detuvo en su furgoneta. Nos preguntó si necesitábamos ayuda. Le contamos nuestra historia y él sonrió. "Ustedes son secos para la pega", nos dijo, una expresión chilena que significa que somos buenos para el trabajo.

Continuamos nuestro viaje, más sabios y más unidos. La aventura no fue solo ver paisajes bonitos, sino también descubrir que podíamos resolver problemas juntos.